miércoles, 30 de abril de 2008

La nena se une al fénómeno Chiki chiki

No he podido evitar actualizar desde el curro tras ver semejante documento gráfico...
Perrea, perrea!!!!!!!!!!

martes, 29 de abril de 2008

Excusas


Todos lo hacemos.

Todos nos hemos inventado alguna excusa en el trabajo por no haber realizado tal o cual tarea a tiempo, ante nuestros padres por llegar tarde o borracha (mítica mi excusa: me ha sentado mal el batido de chocolate con la tapa de bravas) o ante nuestros amigos (no mira, que se me ha hecho tarde porque Andrés Pajares me ha atracado por la calle).

Pero lo que me ha ocurrido no tiene nombre.
Trabajo en una empresa en la que los plazos y los vencimientos es lo más importante. Si se nos escapa un plazo; empresas tales como ésta pierden chorrocientos millones y tu a la calle, obviously.

Parte de mi trabajo se desarrolla en Latinoamérica (ya tu sabes, mi amol) y consecuentemente, he de tener muuuuuuuuuucha paciencia y muuuuuuuuuucho autocontrol. A veces es como trabajar con los del anuncio de Malibú®

El caso es que, a un colega, le envié multitud de recordatorios sobre un tema que debía realizar SIN FALTA en su país. Que si “Gentil recordatorio”, “Recordatorio amistoso”, “Urgente”... y así hasta un... ES QUE NADIE ME VA A CONFIRMAR SI SE HA REALIZADO ESTE TEMA???” en mayúsculas y sin saludar.

Al día siguiente recibo este mail:

Estimada Dra Melena,

Ante todo, reciba mis sinceras disculpas por no haber confirmado la realización de este asunto, pero recién la semana pasada me practicaron una colonoscopia, y realmente lo pasé mal y no puede arribar a la Oficina hasta hoy...

Asín se me quedó la cara


Me surgen dudas:

- ¿Realmente era necesaria tanta información?. ¿No podría haber dicho que ha estado enfermo, y más si se trata de una persona que nunca he visto, que nunca he hablado con ella y solo tengo una relación profesional a través del correo electrónico?


- ¿Se tratará de la excusa mejor urdida por haber pasado de mis correos?. Si es así, habeis escuchado alguna que pueda superar a ésta?


- ¿Debo disculparme por mi último e-mail?

Y lo más importante;

- ¿Qué cojones le contesto?

Daos prisa.
Necesito respuestas.
YA.

domingo, 6 de abril de 2008

Por un puñado de mierda...


O como descubrí que necesitaba gafas.

Digámoslo claramente.
Sin casa en la playa no eres nadie, nenas.
Por eso, una chica tan metida en el star system como yo, harta de fiestas de postín y bien curtida en canapeses variados y con un aplomo entre la jet-set que ni la Abascal; debe tener una casa en la playa.

Y así es, como dudarlo.

Pues bien, ese espacio bucólico rodeado de césped, piscinas, espacios infantiles y pistas de tenis fue testigo de uno de los episodios más aterradores de mi infancia.

Siendo una criatura yo, mucho antes de que tuviera conciencia de lo que era un buen magreo aunque no mucho antes de mi primera borrachera al pegarle un trago al gin-tonic de mi padre pensando que era agua; existía un juego que nos encantaba a los chicos y a las chicas. Un juego que aunaba fuerza, destreza y habilidad para esconderse. Por supuesto, y que decir tiene que yo carecía absolutamente de esas tres aptitudes. Ese juego era: El Policaco, así pronunciado en almeriense cañí. Lo que en el resto de España es “Polis y Cacos” o “Policías y Ladrones”.

Haciamos equipos mixtos y mientras unos eran los cacos y se dedicaban a esconderse y evitar ser descubiertos, los policías contaban hasta 50 y comenzaban a acechar a los cacospor los rincones e intentar pillarlos.

Ese día me tocó ser caco.

Ese día me escondí muy bien. Muy muy bien. O al menos eso creía. Ya era de noche y pensaba que si cerraba los ojos muy fuerte nadie sería capaz de pillarme y, sin todos los cacos pillados el juego no terminaba. Me sentía la salvadora. Me sentía la heroína de mis compañeros en mi escondite.

En un alarde de bravuconería, salí como alma que lleva el diablo de mi escondite, ya que debía darles la mano a mis compañeros para salvarles y poder salir corriendo para volvernos a esconder todos los cacos.

Mientras corría y corría hacia la farola donde estaban, noté que alguien me perseguía. Era un poli. Y el chico que me gustaba para mas INRI. Yo corría y corría sin mirar atrás, y el me decía: “Te voy a pillar, te voy a pillaaaaaaar”. Yo no paraba de mirar al frente. Era noche cerrada. Muy cerrada. Las luces de nuestra urbanización ya se habían apagado.
Cuando de pronto.....



Tal que así....


Efectivamente, me comí literalmente una montaña de estiércol, dejándome embadurnada de arriba debajo de mierda de vaca, caballo, gallina o de su puta madre.
No la había visto, no había sido capaz de ver una montaña más alta que yo. No había vislumbrado la silueta ni lo había podido esquivar.

Conclusión:

La ropa negra, pestazo impresionante impregnado en mí, LC (el que me perseguía) acompañándome a casa, caras ojipláticas de mis padres al verme entrar en casa con pintas de haber salido del corral. Encima sudando de correr, con lo que la mierda se me pegaba cada vez mas.

Me duché esa noche y no salí mas de casa hasta el día siguiente, en el que le dije a mi madre que no veía bien. Fuimos al oculista.
Tenía 2 dioptrías en el derecho y una en el izquierdo.

Por supuesto nunca logré nada con LC salvo una amistad cordial. Ahora está casado y pesa 100 kilos.

La era “gafipastista” había comenzado.

Ps. En cuanto al tema actualizaciones.. ando más perdida que una gamba en un quirófano debido a horarios laborales de infarto, cansancio acumulado, conciertos de The Cure y viajes a Polonia.

Ah, otra cosa...Me he apuntado a B-A-T-U-K-A!!!