martes, 24 de junio de 2008

Estudio Sociológico II: La divorciada y el gintonic, ese binomio

Primero y principal, aclarar que todo el mundo puede beber gin-tonics.
Pero nadie, e insisto, NADIE es capaz de bebérselo con tanto tronio, compostura y presencia que una divorciada.






Las divorciadas wannabe como yo, nos autodenominamos divor porque tan pronto como bebemos un primer trago a esa pócima mágica, nos reconvertimos en unas malandrinas de la noche, en unas princesitas con sabor amargo pero descaradas y divertidas, en unas presuntas lideresas (que no miembras) de un exclusivo grupo donde solo una divorciada de juzgado es capaz de entrar.

El gin tonic te transforma, hace que rajes de los tíos como nunca antes lo has hecho. Hace que desees pintarte los morros del rojo pasión para dejar la marca de los labios en la copa.




Tu si que sabes , Ivana



Hace que te sientas más mujer, porque la chaly quinceañera NUNCA beberá gin tonic.

Beberte un gin-tonic implica superación, ese espiritu “a vuelta de todo” que en el fondo todas deseamos.

Un gin-tonic a una divorciada es lo que un scotch on the rocks a Bogart, un vodka martín “agitado, no revuelto” a James Bond. Un gin-tonic es el sello personal.
Un gin-tonic aporta personalidad a la bebedora. Consigue lo que un J&B nunca jamas podrá conseguir:

CON UN GIN TONIC EN LA MANO, JAMÁS APARENTARAS REALMENTE LO INMENSAMENTE BORRACHA QUE VAS.

Solo una poseedora de la verdad absoluta como una divorciada es digna de este cáliz milagroso, más glamouroso si cabe que el cansino del Cosmopolitan, que sí que es muy de Carrie Bradshaw (cansina!!) pero está malísimo, agua de la vida ( y si no que se lo digan a Elisabeth II Queen of England y a la Queen Mother), la única bebida que representa un status, la única copa que te mola ir a pedirla tu y no mandes al colega pringadillo de siempre.



Heavens! Como me hagan soplar ahora....


El gin-tonic es el poder, el poder de la divorciada. No puedes evitar sucumbir ante ella. Una divorciada te tumba a base de gin-tonics. Una divorciada nunca arrastrará la lengua, una divorciada siempre encuentra taxi sea la hora que sea y en cualquier lugar, una divorciada siempre encontrará un gancho donde colgar el bolso en el garito más ínfimo, una divorciada te baila a los Justice, a los B’52 y a David Bisbal de corrido y sin perder el ritmo. A una divorciada no se le corre el rimel.

La divorciada es poderosa. Y la divorciada tiene un arma.

El gin-tonic.




Y el cachas abanicandome donde anda?

Pd. No olvidéis, al prepararlo añadirle una raja tambien de naranja, así la mezcla de zumos naranja-limón le dará un toque exquisito.