Cierre y vuelta....
Sabía que esa llamada, que esa cita acabaría llegando.
Teníamos de hablar de todo lo que pasó y cómo ocurrió realmente. Sin terceras personas, cara a cara.
El único día que me quedaba era el martes, asi que decidimos quedar para desayunar en el paseo marítimo.
Su abrazo al vernos me conmovió. Porque fue envolvente y cálido. Me tranquilizaba el no notar deseo, ni cosquillas en el estómago ni sequedad en la garganta.
Desayuno mirando al mar, viendo al ferry rumbo a Melilla partir.
Miradas que decían más que sus palabras. Silencios cómodos. Sonrisas sinceras. Ya no duele, ya no escuece. Ya no es la persona de la que me enamoré perdidamente. Nos dijimos cuánto nos habiamos querido, cómo habiamos pasado el trago de la ruptura, nuestros pasos hasta ahora.
Siendo sincera, mientras hablaba, me dí cuenta que él se me había quedado pequeño. Si bien yo había tardado mucho más en afrontar la ruptura; había echado el vuelo antes y a pesar del dolor, construirme la vida que tengo ahora. El con 27 años, sin curro y sin saber que hacer con su vida.
Me dijo que tenía algo que darme. Algo que sabía perfectamente lo que era. El diario que yo escribí mientras estudiaba en Inglaterra. Era un diario escrito de mí para él. Cuando iba a verme él tambien escribía. Le dije que yo no lo quería, que me daba mucha pena leer tantas promesas, tantos te quieros que ya no valían un duro. El insistió, que me lo trajera a Madrid y que más adelante él se lo quedaría.
Hora de irse, me dio un paseo en su CBR por la carretera que linda con el mar. Paró cerca de mi casa, al bajarme de la moto. Nos quedamos mirando.
Ya estaba todo. Nada más que decirnos.
¿Qué quedaba?
Considero el acostarte con un ex como una variación de la necrofilia, por lo que un beso, roza lo aberrante.
Sin embargo, éste fue precioso. No había deseo, no habia lujuria, no había ganas de más. Sólo intercambio de cariño y de amor. De lo que fue y no volverá a ser entre nosotros.
Joder- le dije- Cómo me va a costar volver a sentir esto con otra persona.
Ya- me contesta- A mí me pasa igual, hasta que no deje de sentir esto por tí, no creo que surga nada tan intenso como lo nuestro.
Volví a casa, hice la maleta y al aeropuerto.
Con una historia importante de mi vida cerrada para siempre.