
El otro día, mientras volvía de trabajo en vez de escuchar un poco de música decidí llevarme la revista que me regaló mi amiga E. de su viaje a Londres.
Me gusta leer este tipo de revistas en inglés para así actualizar mi vocabulario y descubrir nuevos giros lingüísticos.
Apoyada en el metro, cansada de un largo día de trabajo, en una de las paradas entran dos chicos muy jóvenes, ni edad para conducir tendrían.
Les echo un vistazo rápido y sigo con mi lectura. No había mucha gente en el vagón, pero tal y como habían entrado no podían apoyarse en ningún sitio. Mientras el tren comienza a arrancar oigo que uno de los chicos le dice a otro:
- A ver si la puta guiri se aparta, y nos deja apoyarnos.
Le miré con la peor mirada que pude, mirada de asco, mirada de odio, de desprecio absoluto.
- Hah el favó de teneh un poco de educación que te van a acabah dando una guantá que te van a aviah la Nena dixit.
Uno de los chicos ni me miró, y el otro me lanzó puñales con la mirada. Pero no dijeron nada.
Puta guiri, dicen. Cuando llevan el look Eminem, uno con camiseta Adidas, otro con otra que rezaba Deustchland, pantalones caído Levi's, enganchados al Ipod, con mochilas Reebok mugrientas con firmas de sus colegas: Rakel, Piti, Cani y Kristina. Ke sn kpacs d skribir asi n 1 exmn d lngua. Que igual nunca llegarán a saber el significado de los verbos: retrotraer, procrastinar, inhibirse o lipidiar. Que para hablar con sus amigos recurren al Messenger; que sin móvil no existen, que saben liarse un porro, volcarse una raya antes que conducir, que piensan que el respeto se gana insultando a otro a la cara. Que el 90% e la música que escuchan es en inglés y el resto es Pont Aeri o Radikal.
Al menos supieron reconocer que la revista no era española.