Anoche!!

Anoche salí con una divorciada.

De las de verdad.

Y me declaro aquí y ahora fan incondicional de ella. Es una torera de bandera.

Comenzamos con unos vinos inocentes y unas tapitas mientras destripábamos a cualquier tío que nos hizo daño a lo largo de nuestro historial delictivo.

Casi nos tienen que echar del bar porque nos quedamos las últimas sin darnos cuentas ni dejando de hablar.

Vamos yendo de garito en garito, ya de copas, oteando un poco el terreno y retocándonos de vez en cuando en el baño el maquillaje. Hacemos una parada en un garito de copas, pero que sirven tartas y compartimos un trozo de tarta de zanahoria.

Nos movemos y logramos colarnos en un sitio donde normalmente hay que pagar entrada.

Llegamos a la conclusión que dos tías solas ligan más que saliendo en grupo. Se nos acerca una pareja de tecno-surfers-rubiales tinerfeños. Pesaaaaaaaaaaaaos como ellos solos. Hablamos de banalidades. Cuando comenzamos a hablar de clima decidimos que es momento de movernos. Ellos hacen conato de seguirmos pero les esquivamos estratégicamente.

Finalmente, pagamos entrada en uno de los garitos que más me gustan, sabiendo que cierra a las mil y que nunca sabes lo que te puedes encontrar dentro.

Efectivamente: En cuanto entro, este hombre me agarra de la mano y comienza a bailar conmigo.
Yo estoy totalmente ojiplática e intentando buscar a mi socia con la mirada. La cual ya se encuentra hablando con uno de los músicos del grupo de mi nuevo fan.

Cuando encuentra a una chica más joven, mas guapa y mas delgada que yo, se olvida un poco de mí por lo que puedo respirar tranquila y pedirme una copa.

Mientras mi compañera charla animadamente con uno de los actores de “El Internado” (con pinta de ultra-gay) pido rauda un par de gin-tonics (3ª ronda de la noche, creo).

Guess who!!!

Un grupo de chicos se nos junta, son majos pero firmes candidatos a finalistas en un Concurso de Nerds, yo comienzo a desgañitarme cantando “Rehab” con uno de ellos, coreografía incluida.

No se en qué momento, pronuncio quizás un poco más alto de lo normal la palabra SABADELL. En ese momento alguien por detrás me golpea el hombro y me dice: “Oye que yo soy de Sabadell!!!!”

Ella:


Estuvimos 45 minutos hablando, una tía normal, cojonuda, borracha como un piojo, eso sí, pero nada de poses de diva ni aires de estrella. Muy guapa con su auténtico look con pelo corto, leggins y camisa. Nena, aquí tu nueva fan.

Oteo el horizonte y observo a mi colega debatiendo con uno de los del grupo de nerds mientras se intercambian los teléfonos. Acudo veloz a intentar evitar el desastre, pero es tarde.

Alguien me invita a una copa.

Se me presentan un granadino, un extremeño y un madrileño que estuvo viviendo en Almería en 1982 y trabajaba de extras en pelis de spaguetti western de la época.

Huyo al baño.

Cuando vuelvo, se me acerca un chico preguntándome que de qué conozco a “Lalola” y yo le digo que hemos hablado hoy solamente y le digo que porqué ese interés a lo que me responde: “No, es que mi hermano sale en Herederos, la ves?” (¿) Y le respondo que no.
Es murciano, pero de Puerto Lumbreras. Se empeña en enseñarme sevillanas, porque ganó dos concursos en el Rocío. A mí! Sevillanas! Ja!

El caso es que era mono, pero no tengo yo el chichi pa farolillos.

Miro por primera vez el reloj y veo que son las seis menos cuarto de la mañana.

Le pregunto a mi amiga que quien nos esta invitando a las copas a lo que responde que no lo tiene muy claro.

Ella decide que es el momento de irse, idea que yo secundo.
La noche había dado mucho de sí y estropearlo con una curda absoluta estropearía el ambiente.

Se la ve contenta, ha renovado media agenda del móvil.

En el taxi yo la miro de reojo mientras me digo a mí misma que sin haberlo buscado, tengo una nueva amiga.